Andoni Alfaro, representante de España en la I Competición de Suelos de América Latina: “Es importante que conservemos nuestro patrimonio natural, que intentemos integrarnos en el ecosistema y no solamente ocuparlo”

Entrevista con Andoni Alfaro, representante de España en la I Competición de Suelos de América Latina

Andoni Alfaro Leránoz

Andoni Alfaro Leránoz es Ingeniero de Montes por la Universidad de Santiago de Compostela. Actualmente es investigador predoctoral en la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Zaragoza. Su tesis, que realiza bajo la dirección de David Badía Villas,  se centra en estudiar los efectos de las quemas prescritas sobre la microbiota y la materia orgánica del suelo en ecosistemas de alta montaña. Desarrolla su labor investigadora en el grupo de investigación GEOFOREST, del Instituto de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA).

Andoni es uno de los integrantes del equipo que representará a España en la I Competición de Suelos de América Latina, que se celebrará en el estado de Santa Catarina, al sur de Brasil, del 26 al 28 de julio. El objetivo de esta competición académica es impulsar y divulgar la importancia de la ciencia del suelo, tanto a nivel nacional como internacional. En ella participan equipos de diferentes países que deben clasificar y describir la calidad y aptitud de diferentes perfiles de suelos.

El equipo español, seleccionado e impulsado por la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo (SECS) está compuesto por Andoni Alfaro LeránozAna Paula Conte (Universitat de Lleida), egresada de la Escuela Politécnica Superior; José Carlos Leal (Universidad Politécnica de Madrid); Javier Nadal Fuentes (U. Miguel Hernández de Elche); el Dr. Jorge Mataix (U. Miguel Hernández de Elche), quien será en entrenador del equipo; y la Dra. Rosa M. Poch (Universitat de Lleida), quien actuará como jueza SECS en la competición.

 

¿En qué consiste exactamente la I Competición de Suelos de América Latina?

La competición no solo consiste en clasificar los suelos, sino que tiene todo un proceso anterior. En campo, se abrirán calicatas1 en los lugares correspondientes, y nos darán un tiempo para estudiar el suelo que nos haya tocado, tomando todas las notas posibles y teniendo en cuenta todas las características que reconozcamos de ese suelo.

Además, debemos describir el suelo, ver cuántos horizontes tiene, qué propiedades tiene, qué es lo que se puede determinar, observarlos, hacer una serie de pruebas de campo y después, en función de la información y resultados obtenidos, hay que hacer una clasificación tentativa.

 

[1] Las calicatas o catas son una de las técnicas de prospección empleadas para facilitar el reconocimiento geotécnico, estudios edafológicos o pedológicos de un terreno. Son excavaciones de profundidad pequeña a media. Las calicatas permiten la inspección directa del suelo que se desea estudiar y, por lo tanto, es el método de exploración que normalmente entrega la información más confiable y completa. En suelos con grava, la calicata es el único medio de exploración que puede entregar información confiable, y es un medio muy efectivo para exploración y muestreo de suelos de fundación y materiales de construcción a un costo relativamente bajo.

 

Tan solo cuatro Universidades españolas están representadas en la I Competición de Suelos de América Latina. Una de ellas es la Universidad de Zaragoza, a la que tú vas a representar. ¿Qué puede suponer esta participación para una institución como la Universidad de Zaragoza?

Bueno, yo creo que es importante estar representado en este tipo de eventos. El equipo español, por lo que tengo entendido, siempre ha obtenido buenos resultados en estas competiciones, lo que deja el listón bastante alto para nosotros. Habrá que estar a la altura.

Por otro lado, poca gente conoce sobre este tema de las competiciones de suelos. De hecho, yo tampoco sabía nada hasta el año pasado. Descubrí este tipo de competiciones a raíz de mi participación en el World Congress of Soil Science 2022 en Glasgow.

 

Eres el único representante titular de nuestra universidad y, por lo tanto, de Aragón, ¿Cómo lo estás viviendo a nivel personal?

La verdad es que me lo tomo como una oportunidad para aprender. Al fin y al cabo, los suelos en Brasil son muy diferentes a los que tenemos aquí, así que lo veo como una oportunidad muy interesante para aprender sobre los suelos que tienen allí, para conocer la zona y pasar tiempo con otros investigadores de diferentes partes del mundo, podemos aprender mucho unos de los otros. Diría que es un ambiente más de aprendizaje que de competición.

 

El equipo español cuenta con el Dr. Jorge Mataix, de la Universidad Miguel Hernández de Elche, como entrenador. ¿Cómo se entrena para este tipo de competición?

¿Habéis establecido alguna rutina de entrenamiento?

La verdad es que es complicado vernos de forma presencial, ya que cada uno estamos en una punta del país, entonces nos hemos reunido de forma telemática en dos ocasiones. Tanto Jorge como Rosa, nos envían material constantemente para que podamos estudiar y los cuatro estudiantes que estamos en la competición, nos vamos comunicando mediante un grupo de WhatsApp. En cualquier caso, al ser logísticamente complicado, estamos llevando más bien entrenamientos individuales en la medida que puede cada uno. Nos conoceremos personalmente allí en Brasil, cuando lleguemos la semana que viene.

En cualquier caso, los dos primeros días no se compite, sino que se realiza un entrenamiento previo. Recibiremos información sobre todos los suelos de la zona, para que entremos en contacto con ellos de forma previa a la competición, aunque obviamente nosotros estamos intentando llevarnos de casa cuantos más conocimientos, mejor.

 

Comentabas previamente que los equipos españoles han obtenido muy buenos resultados en otras competiciones internacionales anteriores (Hungría 2015, Brasil 2018 y Escocia 2022). ¿Tienen alguna particularidad los equipos españoles que les facilite  alcanzar estas primeras posiciones, en comparación con equipos de otros países?

A pesar de que los suelos no están muy presentes en ningún plan de estudio y es complicado adentrarse en su estudio si no se cuenta con una fuerte iniciativa propia, considero que España, a nivel mundial, no está tan mal en ese sentido. Creo que aquí se habla más del suelo que en otros lugares a lo largo de las distintas etapas del estudio y bueno, últimamente, por lo que tengo entendido, incluso se habla del suelo en etapas anteriores a la universitaria. Recientemente he estado en un workshop sobre técnicas de educación y de aprendizaje de servicio, celebrado en Santiago de Compostela, en el que había personas que habían analizado la presencia de la palabra suelo en las distintas etapas de estudio, en los planes de estudio, y sí que mencionaron que en la educación secundaria, en algunas asignaturas, también se menciona y se incluyen unas nociones básicas. Yo creo que esto cada vez va a mejor.

Quizá sí, aquí en España salgamos un poco más formados que en otros sitios en este sentido. Aunque comparado con otras disciplinas pueda parecer que la cantidad de profesionales que se dedican al suelo es escasa, realmente hay un número importante de personas aquí en España que se dedican al estudio de los suelos de forma profesional y que los conocen muy bien. Y, personalmente, creo que eso también crea escuela. Además, esas personas, en general, lo saben transmitir muy bien a sus alumnos y yo creo que eso también es un factor importante.

Hay otros países, como por ejemplo Estados Unidos, que también tienen fama de quedarse siempre los primeros en competiciones. Ellos, la verdad es que lo llevan a otro nivel, porque las personas que se presentan a estos concursos han pasado previamente  por competiciones de este tipo a nivel estatal y nacional, entonces estos comienzan la competición mucho antes que los demás.

 

¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta el equipo español en esta competición?

En esta competición en concreto, el equipo español quizá pueda tener la limitación de que va a estudiar unos suelos completamente desconocidos para nosotros, en principio. Podría decirse que en la zona en la que vamos a competir, podríamos encontrar hasta seis tipos diferentes de suelos, algunos de los cuales no son habituales para nosotros.

A lo mejor equipos de países de América Latina que cuentan con áreas tropicales o subtropicales puede que conozcan más los diferentes tipos de suelos.

 

¿Cuál es el premio de esta competición?

La verdad es que no me lo había preguntado hasta ahora. Me lo estoy tomando más como una oportunidad para conocer. Yo no lo he preguntado y creo que ninguna otra persona del equipo tampoco.

Andoni Alfaro recogiendo muestras superficiales de suelo en una parcela agrícola de Noáin (Navarra).

 

Antes mencionabas que poca gente conoce este tipo de competiciones. ¿Por qué es importante que se celebren? ¿Qué contribuciones se realizan desde este tipo de eventos? Y en último lugar, ¿por qué es tan importante saber reconocer los diferentes tipos de suelo?

Bueno, estas competiciones son importantes porque al final son puntos de encuentro de un gran número de personas e investigadores de muchas partes del mundo que se dedican a lo mismo que tú. Cuando estamos cada uno en nuestros centros, lo habitual que las personas que se dedican a la ciencia del suelo sean muy escasas, por eso, el hecho de estar con más gente nos permite enriquecernos, encontrar otros puntos de vista, conocer nuevas técnicas y dar paso a nuevas colaboraciones.

Por otro lado, conocer los tipos de suelo que tenemos en todo el mundo, considero que es muy importante porque, al fin y al cabo, el suelo es un reflejo de los procesos que se dan en cada parte del mundo, de la interacción entre muchos factores, entre los que se encuentra el clima o el tipo de litología. Y en este caso concretamente, ver suelos de Brasil, tan distintos a los que podemos encontrar en Europa, es fascinante.

 

En este contexto en el que los suelos tienen poca relevancia en los planes de estudio y que, en general, su relevancia para la vida pasa desapercibida en el día a día ¿Qué nos estamos perdiendo como sociedad? ¿Cuáles son las consecuencias de no otorgar mayor importancia a nuestros suelos?

Los suelos, además de ser un elemento clave para la vida en los ecosistemas, tienen una particularidad, que es el hecho de que no son renovables a escala humana.

Creo que esto es algo que no se comprende lo suficiente por parte de la sociedad en general: cuando un suelo se pierde, realmente, si lo miras desde el punto de vista humano, está perdido casi para siempre. Hay que encontrar formas de que la sociedad entienda la importancia de los suelos. Es también responsabilidad de quienes estamos en la ciencia. Sin los suelos no hay vida.

Los suelos no son lo que generalmente entendemos por un suelo (material mineral que sobre el que pisamos o, como mucho, en el cultivamos). Son sistemas vivos, que albergan un montón de interacciones, un montón de biodiversidad en su interior, parte de ella podemos verla, otras partes no. Los suelos nos ofrecen sustento alimenticio, medicamentos, edificamos sobre ellos, vivimos sobre ellos, y aun así, creo que no se valoran lo suficiente. Si los conociésemos mejor, se valorarían mas. Para ilustrar esto, recupero una frase que escuché recientemente en un congreso: “Para proteger algo, primero lo tienes que amar”. Sería perfectamente aplicable a los suelos.

Tenemos que entender que por ejemplo, estamos impermeabilizando gran parte de la superficie de nuestro planeta, ya sea con carreteras, con edificaciones, aparcamientos, etc. Las ciudades se están convirtiendo en gigantes de hormigón y asfalto, y eso es un problema porque estamos evitando que el ecosistema edáfico esté en contacto con la atmósfera.

Ahora que estamos en verano, época de incendios, quizá poca gente sabe que las pérdidas de vegetación que se producen en los incendios, son relativamente asumibles, ya que a escala humana se pueden recuperar, pero no es el caso del suelo, que sufre consecuencias fatales. Si el suelo está dañado por grandes incendios, por los incendios más severos, y sufre un cambio de estructura por las altas temperaturas que alcanza, se vuelve vulnerable a la erosión y las grandes lluvias que pueda haber después de ese incendio, pueden producir una erosión importante y empobrecer esos ecosistemas.

 

Desde el punto de vista profesional, ¿Qué puedes decirnos sobre la situación de los suelos en Aragón ¿Cómo tratamos nuestros suelos? ¿Podrías señalar algunas buenas y malas prácticas en la gestión del suelo?

Continuando con el tema de los incendios, que es en lo que trabajo actualmente, por ejemplo, tengo entendido que no se contemplaban algunos tratamientos de mitigación de la erosión post incendio en Aragón, como la aplicación de acolchados de paja. Hasta el año pasado, que se comenzaron a aplicar tras el incendio de Ateca, que afectó 14000 hectáreas de terreno. Tengo entendido que previamente sí que se habían aplicado fajinas, barreras de troncos escalonando la pendiente para reducir la erosión, pero este año se ha aplicado por primera vez el acolchado de paja, como medida para frenar la erosión tras un incendio. Se ha aplicado el tratamiento y, posteriormente, se han instalado unas trampas de sedimentos[2] debajo del tratamiento, para comprobar la erosión del terreno.

Hemos colaborado con ellos y, además, estuvimos recientemente en la zona realizando una excursión con los alumnos de 2º curso del Grado en Ciencias Ambientales (EPS) y comprobamos que había funcionado muy bien el acolchado de paja y en esa zona, no se veía prácticamente nada de suelo en las trampas de sedimentos. En cambio, en las zonas sin tratar, sí que se podía encontrar bastante sedimento atrapado. Así que bueno esto es un paso hacia delante. Sé que el ingeniero de montes que impulsó la aplicación de este tratamiento lo hizo por iniciativa propia, y gracias a estas personas que tienen iniciativa, ya se ha sentado un precedente y espero que en próximos incendios aquí en Aragón, se siga su ejemplo en este sentido.

Por el lado contrario, podríamos destacar las macro granjas de Porcino de la provincia de Huesca, por ejemplo. Son zonas en las que realmente está produciendo una contaminación por nitratos bastante importante que luego se está pasando a los acuíferos y hay varios pueblos en los que no se puede beber agua del grifo por culpa de este tipo de explotaciones. Obviamente no se puede prescindir de las granjas de porcinos porque son una fuente importante de alimentación, de ingresos, de empleo, etc. pero pienso que no se está haciendo de forma completamente ordenada y, por ello, estamos sufriendo estos problemas. Si no hay una planificación territorial adecuada, esto solo puede a ir a más.

[2] Una trampa de sedimentos es una herramienta realizada con una lona geotextil que se coloca en la pendiente, fijada con unas estacas o unas varillas de hierro haciendo una forma de U en dirección perpendicular a la pendiente para atrapar todos los sedimentos que arrastra el agua de escorrentía pendiente abajo. La lona deja pasar el agua pero no los sedimentos, que se quedan ahí atrapados y así luego los técnicos pueden observarlos, medirlos y extraerlos.

 

Andoni Alfaro, recogiendo muestras de ceniza con el USDA/Forest Service en la reserva de Colville (Washington, EEUU), durante el incendio de 2019, como parte de las prácticas del Máster en Ingeniería de Montes.

Actualmente, durante la realización de tu tesis doctoral, estás estudiando los efectos de quemas prescritas en la microbiota y materia orgánica del suelo. ¿Cuáles son las posibilidades de esta práctica como herramienta para preservar o mejorar la salud del suelo?

Estudiando esto, estoy siguiendo el trabajo de otras personas que han estado antes que yo haciendo la tesis en Huesca. Esta línea comenzó por iniciativa de David Badía y del resto de personas del área de Edafología de la Escuela Politécnica Superior de Huesca, porque existe una buena relación con el equipo de prevención integral de incendios forestales de Aragón.

En muchas partes de España y del mundo se hacen quemas prescritas, pero sus efectos varían en función del tipo de suelo, del tipo de ecosistema etc. Aquí en el Pirineo, el fuego se ha venido usando de forma tradicional para la creación de pastos para el ganado. Ahora, desde finales del siglo XX y principios del XXI, la carga ganadera del pirineo ha disminuido muchísimo, lo que supone un problema, ya que están disminuyendo también los pastos, que aportaban mucha biodiversidad al ecosistema y, además, podían resultar útiles para la prevención de incendios. Realmente cuando había mucha ganadería, no había casi incendios. ¿Por qué? Para empezar, cuando había algún tipo de problema, la gente de los pueblos conocía el uso del fuego y sabía cómo controlarlo. Además, el combustible leñoso (árboles y arbustos), estaba muy controlado por el ganado y lo que teníamos era una especie de paisaje en mosaico, con manchas de vegetación más leñosa y con muchos pastos y cultivos por todo el territorio.

Ahora se ha perdido ese uso del medio natural. El ecosistema, lo que está haciendo realmente es evolucionar, porque sigue una serie de etapas de sucesión: primero hay pasto, luego hay matorral y después hay bosque, o sea, es la forma natural de evolucionar. Pero la pérdida de todos los pastos, que han evolucionado a matorral, en un escenario como el que tenemos ahora, de cambio climático, de aumento de las temperaturas, hace que en verano tengamos mucha cantidad de material leñoso sobre el monte que además está seco y además es continuo.

Para evitar la acumulación de este material leñoso, se empezaron a realizar estas quemas, ya no por parte de los ganaderos, sino por parte del Ministerio. Con ellas, tenían dos objetivos: por un lado, que los ganaderos que todavía quedan sigan teniendo pasto para sus animales, que por sí solos no son capaces de mantener el pasto, sin que se vea invadido por el matorral; por el otro, seguir creando ese paisaje mosaico y crear, a su vez,  brechas en el combustible para que, en el caso de que haya un incendio sea mucho más fácil de controlar. Estas quemas se realizan con unos criterios técnicos para que no tengan efectos sobre el suelo y para que no haya peligro de que se descontrole.

Lo que hemos visto estudiando los efectos de las quemas en el suelo es que hay momentos en los que las quemas han afectado al suelo, otros en los que no, otros en los que el efecto ha sido inmediato y ha desaparecido, y otros en los que perduran el tiempo. Realmente nuestro objetivo sería encontrar por qué. Por qué vemos esas diferencias y al final poder establecer un criterio que evite que se lleven a cabo estas quemas en lugares donde sabemos que pueden causar efectos que van a perdurar en el tiempo.

Más concretamente, nosotros estudiamos los efectos que tienen estas quemas en los primeros centímetros del suelo. El suelo es un muy buen aislante térmico. Estas quemas van bastante rápido y no alcanzan temperaturas muy altas, entonces nosotros miramos desde la superficie hasta los 3 cm. Generalmente, el efecto térmico no llega hasta los 3 cm. En ocasiones, no llega ni hasta los 2 cm. Además, estudiamos propiedades muy específicas y sensibles, como la materia orgánica y la actividad biológica. Otras propiedades físico-químicas más resilientes no se suelen ver afectadas, o su efecto es solo inmediato y no perdura en el tiempo. Pero bueno, estos estudios nos resultan útiles para afinar más cada vez.

 

¿Y en cuanto a la parte viva del suelo?

Ahora mismo estamos mirando la microbiología del suelo. Estamos centrados en algo que es mucho más sensible a las perturbaciones que la fracción mineral-orgánica del suelo, la parte viva del suelo. Aquí sí que hay zonas en las que hemos visto que justo después de quemar, se ha perdido una cantidad considerable de biomasa microbiana del suelo, pero al cabo de poco tiempo se ha recuperado. También hay sitios en los que sí que hemos visto que se da una pérdida de carbono orgánico a lo largo del tiempo, siguiendo una tendencia lineal decreciente. Y claro, la pregunta es por qué pasa esto. No sabemos si se ha producido porque ha habido erosión después de las quemas, porque se ha eliminado la vegetación que hay en la superficie y el suelo se está volviendo más vulnerable a esta erosión o si lo que se ha hecho es estimular la actividad biológica y entonces estos microorganismos han consumido más rápido el carbono y se está empobreciendo el suelo.

En cualquier caso, seguimos teniendo muchas más preguntas que respuestas, pero bueno, el objetivo final es encontrar en qué condiciones, lugares y momentos es adecuado aplicar estos tratamientos y en cuáles no para aplicarlo solo donde no se vayan a producir efectos negativos básicamente.

 

¿Podrías darnos alguna clave para gestionar nuestros suelos de forma más sostenibles, a diferentes niveles (particular, regional, institucional, etc.)?

Lo primero, diría que cada tipo de suelo tiene unas particularidades y nunca hay que generalizar, siempre hay que buscar la mejor solución a cada caso particular. Por eso es importante que las personas que están en contacto con la tierra, sea porque son propietarios de alguna tierra o porque la trabajan, conozcan sobre qué están trabajando, qué es lo que tienen, qué es lo que tienen que gestionar, para así poder seguir criterios técnicos para gestionarlo de forma adecuada.

Creo que todo el mundo debería ser más consciente de la importancia que tiene el suelo para nuestra vida. Y bueno, a ver, yo creo que sería posible tomar medidas desde todos los niveles.

A nivel particular, por ejemplo, cualquier persona que tenga un huerto o un jardín, pues, se tiene que preguntar, qué tipo de suelo tiene, si ese suelo está sano, si necesita algún tipo de aporte porque está empobrecido, o si se ha realizado una actividad antes que lo ha degradado, por ejemplo. Personalmente, me parece importante reducir el uso de agroquímicos al mínimo, siempre que se pueda, porque realmente el suelo está vivo, tiene muchísimas interacciones en su interior y la verdad es que cuanto más intensivo es el manejo de un suelo, más se empobrece, ya sea por el uso de pesticidas o de fertilizantes químicos o por un laboreo intensivo. O sea, el suelo cuanto menos se perturbe mejor.

Desde las instituciones, creo que hay que valorar mucho las cuestiones que he comentado antes, sobre la impermeabilización de tal cantidad de superficie, por qué estamos perdiendo tanto suelo. Una vez que se impermeabiliza todo ese suelo, lo estás matando, o sea, estás quedándote sin esa superficie, no es solo la superficie, sino todo el suelo. Creo que nos tenemos que plantear muchas cosas, como debemos plantear las ciudades ahora mismo. Podría ser interesante plantearse, por ejemplo, si es mejor no solo para el suelo, sino para la vida en general, utilizar adoquines para la pavimentación de las calles y no superficies completamente selladas y desconectadas totalmente de la superficie. Y bueno, eso son cosas que se tienen que decidir a nivel institucional, obviamente, pero también son cuestiones que tenemos que demandar los ciudadanos.

Una ciudad que sea adecuada para la vida, tiene que ser una ciudad que tenga más vegetación, que tenga más más suelo, menos superficie impermeabilizada, una ciudad en la que nosotros podamos estar más en contacto con el medio, que no nos separemos tanto del ecosistema, sino que tenemos que estar más integrados en él. Eso es muy importante.

Tenemos que plantearnos, cómo hemos estado haciendo las cosas hasta ahora, la mentalidad del crecer, crecer, crecer.  Cuanto más crecemos económica e industrialmente, más recursos necesitamos, más energía necesitamos y ahora mismo, particularmente en la comunidad de Aragón, nos estamos viendo presionados por un montón de proyectos energéticos que están ocupando gran parte de nuestro patrimonio natural, que lo están industrializando y que nos está desconectando de lo que es la naturaleza. En las zonas donde se están instalando grandes extensiones con placas solares, la vegetación se reduce considerablemente debajo de las placas solares, y existen lugares que pueden llegar incluso a tener problemas de incluso por este motivo.

Y bueno, creo que es importante que conservemos nuestro patrimonio natural y que lo que intentemos sea integrarnos en el ecosistema y no solamente ocuparlo, como estamos haciendo ahora mismo.

 

¿Te gustaría añadir algo más?

Para terminar con el tema del territorio, me gustaría hablar sobre el patrimonio natural que tenemos particularmente en Aragón, muy diverso en paisajes y en ecosistemas. Somos únicos prácticamente en el mundo, porque pocos países del mundo, pocas regiones, son capaces de concentrar tanta biodiversidad y tantos ambientes y ecosistemas diferentes en un espacio tan reducido de territorio y creo que eso lo tenemos que valorar. Tenemos que aprender a amarlo para poder protegerlo.

En este sentido, lo que sí que veo es que en Aragón tenemos un problema con el tema de los ecosistemas de estepa o desérticos, que tienden a ser despreciados por la mayor parte de la población. La gente piensa “eso es un secarral, eso no tiene nada, da igual que pongan aquí 4 o 5 mega parques de molinos”.  La estepa ibérica, los desiertos como el de Monegros, son lugares que tienen una biodiversidad enorme. Muchos de ellos tienen más diversidad de especies que un bosque. Realmente la estepa y los desiertos son ecosistemas fascinantes.

Aquí en Aragón, además, tenemos zonas de Monegros con suelos salinos por ejemplo y vemos ahí una cantidad de especies de flora que está especializada en sobrevivir en ambientes salinos. Son especies que no se encuentran en otros lugares, que tienen una forma muy particular de sobrevivir. A veces como son de un tamaño tan pequeño parece que no importen, pero son muy interesantes. Además, en las estepas tenemos una cantidad de fauna increíble que se puede ver amenazada si estos mega parques de renovables no se implantan con mejor criterio que se están aplicando ahora. Si no se mira más la evaluación del impacto ambiental que tienen en nuestros ecosistemas, vamos a perder un montón de biodiversidad. Si Félix Rodríguez de la Fuente levantarse la cabeza y viera lo que está pasando, yo creo que lo vería todo muy negro.

 

Jacqueline Sambou