(Zaragoza/Huesca. Viernes, 23 de agosto de 2024). La recién aprobada por el Parlamento Europeo Ley de Restauración de la Naturaleza propone poner en marcha medidas de restauración efectivas para recuperar progresivamente hasta el año 2050 hábitats terrestres y marinos de interés por los servicios ambientales que prestan, para que no se pierda de forma neta superficie de zonas verdes en las zonas urbanas y para invertir el declive de las poblaciones de polinizadores, entre otras acciones. Conviene leer con detenimiento la ley para tener una opinión fundada sobre las propuestas porque incorpora los principios y experiencias que han desarrollado los científicos desde finales de los años 70 del siglo pasado, cuando se inició el establecimiento de conceptos y fundamentos de la restauración de ecosistemas.
La ley ordena la elaboración de planes nacionales de recuperación para determinar las medidas necesarias para recuperar zonas degradadas de la red Natura 2000 y otras zonas de interés para el bienestar humano, teniendo en cuenta los datos científicos más recientes. Establece como necesaria la participación social y solventar los intereses socioeconómicos en conflicto y determina claramente que no se recurrirá a fuentes de financiación agraria ni pesquera. En esta línea, pone tareas a los estados miembros para que la restauración de los hábitats se coordine con la distribución de plantas de energías renovables, entre otros planes de interés que pudiera haber. Y obliga a un seguimiento mediante indicadores del desarrollo de los planes de restauración.
La ley se ha dejado en el largo tiempo de su tramitación algunos puntos importantes, como la restauración de ecosistemas agrícolas. Y su desarrollo inicia ahora un largo proceso que ha de contribuir al desarrollo sostenible en Europa. La ejecución de los planes de recuperación de ecosistemas degradados promovidos por esta ley contribuirá a reducir la pérdida de suelo, especialmente de suelo agrícola, que se pierde a una tasa inasumible para mantener la producción agraria, a recuperar zonas de pasto para la agricultura extensiva, a recuperar humedales que tienen un papel extraordinario en la reducción de contaminantes, a controlar la matorralización asociada a la despoblación del medio rural, y a disminuir los impactos de las inundaciones por la riadas.
En fin, la ejecución de los planes nacionales promovidos por esta ley contribuirá a asegurar el capital natural (el suelo, agua, vegetación, polinizadores, pastos, pesquerías) para las generaciones futuras. Y con ello, a proteger la salud y el bienestar de los ciudadanos frente a los riesgos del cambio climático y los impactos medioambientales. Los científicos y profesionales que desde hace años nos dedicamos a la restauración de ecosistemas degradados contemplamos con esperanza el desarrollo de la ley. La Tierra necesita recuperar espacios de calidad si los humanos queremos vivir saludablemente. Y, de nuevo, Europa, aunque con poco margen de votos, toma el liderazgo.
Más información sobre la Ley de Restauración de la Naturaleza aquí.
Información publicada por el Grupo de Investigación en Restauración Ecológica-DGA, en su web propia: https://restauracionecologica.csic.es/2024/03/07/el-parlamento-europeo-aprueba-la-ley-de-restauracion-de-la-naturaleza/