Fin de campaña- Atapuerca 2017

El pasado lunes 24 de julio finalizó la campaña de excavaciones de Atapuerca 2017 con hallazgos que celebrar. El más reciente, una falange del pie de un neandertal, reconocida en la zona de lavado el último día de la campaña, que permite avanzar en el estudio de las ocupaciones humanas en esta zona. Un año más, profesionales de diferentes puntos de España se han desplazado hasta los yacimientos para contribuir al descubrimiento cada vez más amplio del pasado.

Sierra de Atapuerca

Los yacimientos de Atapuerca fueron declarados Patrimonio Mundial en 1997, pero su historia comenzó aproximadamente un siglo antes, cuando en 1895, una compañía británica inició la construcción de una línea ferroviaria, dejando al descubierto lo que se convertiría en el conjunto de yacimientos paleontológicos más importante de Europa. Miles de años atrás, había sido un lugar de paso, regado y modelado por el río Arlanzón, que favoreció, junto con el terreno de calizas, la creación de un importante sistema de cuevas. La vegetación que predomina en la zona de la Sierra de Atapuerca (entonces y ahora) es Quercus: robles, encinas y alcornoques, y reunía unas condiciones óptimas para ser poblada por animales y humanos.

Desde el comienzo de excavaciones esporádicas en los años 60 hasta hoy en día, ha conseguido convertirse en una referencia mundial en el estudio de la evolución humana.

Trinchera del ferrocarril, dos investigadoras del equipo de Atapuerca caminando

Este lugar se conoce como la Trinchera del Ferrocarril, un surco de aproximadamente un kilómetro de longitud, abierto por el proyecto de la construcción de la línea ferroviaria, que permite el acceso a algunas de las cuevas que han albergado y conservado restos óseos durante miles de años: Sima del Elefante, Galería y Gran Dolina, visitables por el público. A los yacimientos Cueva del Mirador y Cueva Mayor sólo pueden acceder los investigadores. Durante todo el recorrido se pueden apreciar pequeñas cuevas en las paredes de la trinchera, apreciables en la foto, fruto del efecto de modelado del agua sobre la piedra caliza.

Las primeras campañas arqueológicas en la Trinchera del Ferrocarril tuvieron lugar en los años 60, pero no fue hasta los años 80, bajo la dirección de Emiliano Aguirre cuando se sentaron y afianzaron las bases de la investigación en estos yacimientos. En los años 90, la dirección pasó al equipo liderado por Juan Luis Arsuaga, Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro, que ha sido testigo de los éxitos hallados en las últimas décadas.

Yacimiento Sima del Elefante

Es el primer yacimiento, el más próximo a la entrada y ha albergado en sus niveles inferiores durante aproximadamente un millón de años el resto humano más antiguo de Europa: una mandíbula de una especie de homo sin determinar de entre 1,1 y 1,3 millones de años de antigüedad.

Fue en el año 1996 cuando comenzaron las excavaciones sistemáticas en este yacimiento. La primera datación fue posible gracias al análisis de los restos de macro y micromamíferos, en la que participó la directora del Instituto Gloria Cuenca.

Los niveles inferiores presentan una inversión paleomagnética, atribuída al Chron Matuyama y gracias al estudio de los núcleos cosmogénicos se ha obtenido una datación de 1,226 millones de años, coherente con los primeros datos, que apuntaban entre los 1,5 y 1 millones de años. La datación de los niveles superiores apuntan entre los 250.000-350.000 años.

El hallazgo de la mandíbula tuvo lugar en 2007, junto con una falange del pie. La atribución provisional fue a Homo Antecessor, pero fue rectificada en 2011. Se esperaba encontrar más evidencias en el nivel 9 de este yacimiento, que ayudasen a datar con más exactitud los restos humanos encontrados también en ese nivel, pero de momento no ha habido más hallazgos humanos.

Los fósiles más abundantes son de la fauna: ciervos, hipopótamos, rinocerontes, cánidos, osos bóvidos, caballos, tortugas, castores, linces, hienas e incluso macacos. Sus fósiles, junto con restos herramientas líticas de materiales como sílex o cuarcita, depende la antigüedad, aportan información muy valiosa sobre la vida en la sierra de Atapuerca desde hace aproximadamente un millón de años.

Decenas de estudiantes, doctores, profesores e investigadores se desplazan hasta los yacimientos de Atapuerca año tras año para participar en las campañas de excavación desde 1978. Desde entonces ha cambiado la tecnología con la que se ayudan en el trabajo, pero la esencia del pico y el brocha continúa. Los instrumentos utilizados por los excavadores son picos, brochas, recogedores metálicos, destornilladores o cinceles para los terrenos más duros. Como afirma uno de los codirectores del Proyecto Atapuerca, José María Bermúdez de Castro, en su blog de la revista Quo `Reflexiones de un primate’: “La excavación sigue siendo un trabajo artesanal, en la que unas manos hábiles pueden recuperar los fósiles y las herramientas de piedra en las mejores condiciones. El romanticismo de la excavación no se ha perdido en absoluto por la llegada de la alta tecnología”

Equipo excavando en el yacimiento Sima del Elefante

 

 

 

 

 

 

 

 

          Cartógrafa en el Yacimiento Sima del Elefante Estudiante excavando en el Yacimiento Sima del Elefante

Donde sí que la tecnología se ha dejado notar ha sido en el proceso de gestion de la información de las piezas. Cuando se encuentra un resto, la información de éste se graba en una PDA que envía los datos a un ordenador que, mediante programas específicos crea imágenes tridimensionales y ordena  los datos, permitiendo visualizarlos de forma más cómoda. Además, también se geolocaliza el punto en el que se ha encontrado, de manera que la información está perfectamente recogida y clasificada.

 

Yacimiento Complejo Galería

Continuando por la Trinchera del Ferrocarril y tras pasar Sima del Elefante, encontramos el yacimiento Galería. Fue el primero en ser excavado de manera sistemática y ha aportado información valiosa sobre la organización y formas de actuar de los humanos entre 500.000 y 180.000 años atrás. Esta cueva se formó por la entrada de sedimentos a través de dos agujeros que había en el techo de la cueva. Existe la hipótesis de que funcionase como trampa natural: por uno de esos agujeros, caían los animales (podría ser que incitados por el hombre) y por el otro, entraban los humanos para recoger las partes de los animales que les interesaban (las extremidades) y llevárselas para comer con los demás. Esta hipótesis concuerda con los tipos de restos hallados: no hay rastro de extremidades de los animales, solo costillas vértebras y cráneos. Además, los huesos encontrados presentan cortes por cuchillo y marcas de dientes de cánidos.

Galería conservaba en su interior más de 2.200 objetos líticos y alrededor de 13.500 restos de macromamíferos, además de dos fósiles humanos: un fragmento de mandíbula y un fragmento craneal, asignados a Homo heidelbergensis. En esta campaña de 2017 destaca el hallazgo de un gran bloque de sílex, que habría sido trasladado a la cueva para ser usado como fuente de materia prima para elaborar herramientas in-situ.

El equipo de Atapuerca excavando en el yacimiento Galería

Las excavaciones se llevan a cabo con un sistema de coordenadas que les permite saber y registrar en qué lugar han encontrado cada resto. El yacimiento está dividido horizontal y verticamente, en letras y en números respectivamente. Para la profundidad, han establecido niveles con la inicial del yacimiento y un número. Los números más bajos corresponden a capas más profundas. En la zona de lavado se mantiene este sistema, las instalaciones cuentan con un gran espacio con una cuadrícula en el suelo, dividida por letras y números, donde ordenan los sedimentos cuando llegan de los yacimientos. Además, se llevan a cabo también estudios del magnetismo, dado que, junto con estudios bioestratigráficos, se puede determinar la edad de los restos. En este yacimiento, de igual forma que en el anterior, hay niveles estratigráficos formados durante la última inversión importante del campo magnético que se ha dado: La Inversión Magnética de Brunhes-Matuyama, hace aproximadamente 780.000 años.

 

 

 

 

 

 

 

 

Pruebas de medición del campo magnético en Galería Espacio ordenado por cuadrículas en la zona de lavado

 

YACIMIENTO GRAN DOLINA

Sus restos fósiles y sus herramientas de piedra tienen casi un millón de años. Gran Dolina es la siguiente parada, el yacimiento que ha vuelto a sorprender en esta campaña por el hallazgo de un pequeño trozo de mandíbula de macaco. “Por lo que ya se conocía de este nivel, parecía que los hallazgos serían muy repetitivos: osos, ciervos, rinocerontes…, pero nadie esperaba encontrar un resto de macaco. No es que fuera imposible, pero si extraño en una superficie de pocos metros cuadrados como la que se explora en la actualidad en este nivel”, afirma José Luis Bermúdez de Castro, codirector del Proyecto, en su blog de la revista Quo.

Huesos ya trillados, extraídos de los yacimientos de Atapuerca

Los niveles TD4, TD5 y TD6 han aportado una de las colecciones de oro de Atapuerca: restos de mamíferos como rinocerontes, bisontes o caballos y más de 150 huesos de Homo antecessor, recuperados gracias a episodios de canibalismo durante la época del nivel TD6. En próximas campañas se espera poder continuar excavando el nivel TD6. Este yacimeinto alberga un misterio: la desaparición de las actividades humanas en la cueva a partir de los niveles TD7 y TD8 (hace 780.000 años aproximadamente) por un periodo de tiempo (hasta TD10).

Resto de mamífero todavía en excavación (Gran Dolina)

El nivel TD10 permite registrar de nuevo ocupación humana (500.000-300.000 años)en sus últimas fases. No se han encontrado fósiles humanos, pero se ha extraído información sobre la industria que esclarece muchos datos sobre la forma de vida: en la industria lítica se cuidaba cada vez más la selección de los materiales y se establecieron métodos de talla estandarizados. Según datos de la web de la Fundación Atapuerca, la principal actividad documentada a través del estudio microscópico de los útiles encontrados es la carnicería (desollado, descuartizamiento, descarnación y evisceración), aunque también se ha podido identificar el trabajo de la piel y el de la madera.

Niveles estratigráficos del yacimiento Gran Dolina

La excavación es la primera parte del proceso que se sigue en Atapuerca. Tras la recogida de los fósiles y su registro, se clasifican en sacos que se llevan a la zona de lavado, situada a pocos kilómetros de los yacimientos, en el río Arlanzón. Cada día, se procesa aproximadamente una tonelada de material mediante la técnica secado-lavado-tamizado, la más usual. Primero el sedimento se seca completamente para poder disgregarlo en un baño de agua, después se tamiza con ayuda de agua a presión o por inmersión. Tras secarse, se lleva a cabo el tamizado, en el que, con pinzas, se separan meticulosamente los fósiles del material estéril. “El objetivo es obtener la mayor cantidad posible de fósiles para poder reconstruir lo mejor posible el ambiente y la fauna de ese tiempo”, afirma Gloria Cuenca,  responsable de la microfauna de Atapuerca y de la zona de lavado y triado.

Zona de secado, lavado y triado de los yacimientos de Atapuerca

También se utiliza la técnica de flotación, mediante la que obtienen semillas y carbón de los sedimentos, que sale a flote cuando se colocan los sedimentos bajo el agua. “Es muy importante, con esto se puede ver qué quemaban, qué vegetación había por la zona. Se pueden identificar las especies vegetales” comenta la paleontóloga Gloria Cuenca.

 

 

 

 

 

 

 

 

Material obtenido por flotación  Criba de sedimentos

Sedimentos obtenidos de los yacimientos lavándose, huesos fácilmente reconocibles

Atapuerca es el yacimiento en el que más material se procesa de España, aproximadamente una tonelada al día. La Asociación de padres y familiares de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo de Castilla y León (Aspanias), colabora con la zona de lavado del río. Los usuarios participan durante aproximadamente una hora al día en el lavado y el secado de los sedimentos, una tarea que realizan año tras año desde 2011, aunque la colaboración con labores de trillado, que se realiza durante todo el año, comenzó en 2009, cuando comenzó la unión entre estas dos entidades. Por otra parte, los investigadores del equipo de Atapuerca imparten conferencias sobre evolución humana periódicamente. “Para ellos es un reconocimiento al trabajo realizado durante todo el año en el aula”, afirma Marian Muñoz, cuidadora del centro, que les ha acompañado en alguna de las jornadas.

 

 

 

 

 

 

 

 

Miembros de Aspanias colaborando con las labores de lavado de sedimentos de Atapuerca

Tras el lavado, tamizado y triado en el campamento de lavado de Ibeas de Juarros, y posteriormente el triado final en el centro Puentesaúco de Aspanias, los fósiles quedan listos para ser enviados a la Universidad de Zaragoza, donde la profesora de Paleontología y miembro del Equipo de Atapuerca Gloria Cuenca procede con un equipo multidisciplinar a realizar su datación bioestratigráfica.

La colaboración de los usuarios de Aspanias durante estos 8 años está siendo muy importante para los investigadores y el conocimiento futuro acerca de la microfauna que encierra Atapuerca.


Fotografía del equipo del río con la asociación Aspanias

Atapuerca es una referencia mundial en el estudio de la evolución humana y el apoyo de la sociedad de esta Comunidad es palpable. No solamente por la colaboración de Aspanias, también por la colaboración militar, que les proporciona las infraestructuras para almacenar material y para la zona de lavado y los habitantes de los pueblos cercanos, que muestran un gran interés por colaborar con este proyecto.

 

 

 

 

 

 

 

 

Labores de trillado de sedimentos                                          Zona de secado de sedimentos en tamices

Esta campaña ha dejado una sorpresa para el final que ha puesto el broche de oro: una falange de pie de neandertal que se halló el último día y fue reconocida en la zona de lavado. Se han vuelto a encontrar restos humanos tras unos años de hallazgos exclusivamente de fauna, en la Galería de las Estatuas, al final de una de las galerías de la Cueva Mayor de la Sierra de Atapuerca y se viene excavando desde el año 2008, aunque sólo se habían encontrado restos de fauna. Parece que la paleontóloga Gloria Cuenca invocaba este hallazgo cuando comentaba unas semanas atrás: «se podría decir que casi cada década hemos tenido hallazgos humanos: en los 80, los humanos de la Sima de los Hueso;, en los 90, Homo Antecessor; en los 2000, el hombre de la Sima del Elefante y esta década, neandertal en la Cueva Fantasma», ahora, ya hay un nuevo tesoro que apuntar a la lista.

Para sumergirse más en el mundo de Atapuerca, su historia, sus hallazgos y las características que lo convierten en uno  conjunto de yacimientos más ricos, visita la página web de la Fundación Atapuerca.
Aquí puede visualizarse el reportaje fotográfico completo.
Especial agradecimiento a la directora del Instituto, Gloria Cuenca, por hacer posible la realización de este reportaje y a Milagros Albaga por acompañarnos durante toda la visita con sus conocimientos y su amabilidad. Gracias a ambas por la singular e inolvidable visita.

Jacqueline Sambou Gimeno

Responsable de Comunicación IUCA