(Zaragoza, 3 de junio de 2025). Las facultades universitarias que imparten estudios en Geología en España han emitido un comunicado conjunto en el que manifiestan su “profunda preocupación” por el retroceso de las materias científicas en la enseñanza secundaria, especialmente la Geología, en el contexto de los actuales desarrollos curriculares derivados de la Ley Orgánica de Modificación de la LOE (LOMLOE).
En el caso de la Universidad de Zaragoza, el comunicado ha sido suscrito y difundido por la Facultad de Ciencias, a través de su decana, Blanca Bauluz Lázaro, catedrática de Cristalografía y Mineralogía, sumándose así al posicionamiento de numerosas facultades del país comprometidas con la defensa de la formación científica rigurosa.
Los diez centros firmantes recuerdan que la Geología ostenta el mismo rango que otras disciplinas experimentales como la Física, la Química y la Biología. No obstante, denuncian que esta ciencia ha sido “eliminada casi totalmente” de los nuevos planes de estudio, como consecuencia de la orientación del sistema educativo hacia pedagogías de carácter competencial. Según subrayan, esta tendencia ha reducido notablemente el peso de las especialidades científicas en general, lo que, a juicio del profesorado, está teniendo efectos directos en los resultados del alumnado en evaluaciones internacionales como PISA o TIMSS.
En el caso de la Educación Secundaria Obligatoria, la Geología solo se imparte de forma obligatoria durante uno o dos trimestres —dependiendo de la comunidad autónoma— y únicamente si el profesorado correspondiente posee formación específica en Geología y está dispuesto a abordarla en el aula. En la práctica, es habitual que en la asignatura de Biología y Geología se obvie o se reduzca sustancialmente la parte relativa a la Geología. Esto, advierten, conlleva que la mayoría del alumnado finalice esta etapa sin una formación básicaen esta ciencia.
La situación se agrava en Bachillerato y en las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), donde la asignatura de Geología y, en muchos casos, también la de Ciencias Ambientales, reciben ponderaciones muy bajas o directamente nulas, dependiendo de la comunidad autónoma. Según las facultades, esto constituye un agravio comparativo que desincentiva la elección de estas materias por parte del alumnado.
Las consecuencias, insisten, no son solo académicas. La ausencia de formación geológica básica entre la ciudadanía y los responsables técnicos y políticos tiene implicaciones directas sobre la gestión del territorio y la prevención de riesgos naturales. “Desastres como la DANA en Valencia, la erupción del volcán Tajogaite en La Palma o el hundimiento del barrio del Carmel en Barcelona habrían tenido menores consecuencias si se hubieran implementado planes de prevención geológica adecuados”, afirman. La inversión en cultura geológica, aseguran, puede contribuir a salvar vidas, proteger propiedades y reducir el gasto público necesario para afrontar emergencias.
El comunicado también pone el foco en la paradoja que supone esta situación en un contexto global marcado por desafíos ambientales como el cambio climático, la sequía o los riesgos geotécnicos. A pesar de que estos fenómenos requieren cada vez más conocimiento científico especializado, se constata una formación decreciente en Geología tanto entre el alumnado como entre los profesionales del sector público y privado.
Diversas entidades científicas —como la Asociación Española para la Enseñanza de las Ciencias de la Tierra (AEPECT), la Sociedad Geológica de España (SGE), la Sociedad Española de Mineralogía (SEM) y la Sociedad Internacional de Geología y Minería para el Desarrollo y la Gestión del Territorio (SIGMADOT)— han denunciado esta situación en reiteradas ocasiones, sin que hasta la fecha el Ministerio de Educación haya dado una respuesta concreta.
Desde el ámbito académico, se advierte que esta política educativa supone repetir errores ya conocidos, como la proliferación de asignaturas optativas a expensas de materias troncales durante los años noventa, que derivó en una pérdida generalizada de conocimientos fundamentales entre el alumnado. “La cultura geológica no es un lujo, sino una necesidad. Su exclusión del currículo compromete nuestra capacidad colectiva para interpretar y gestionar el territorio”, subrayan.
Las facultades firmantes insisten en que la educación científica, y en particular la Geología, debe ocupar un lugar central en los planes de estudio, como disciplina clave para la comprensión del medio natural, la gestión del territorio y la prevención de riesgos. Reivindican la necesidad de preservar su presencia en el currículo educativo como garantía de una ciudadanía formada, crítica y preparada ante los desafíos del siglo XXI, y advierten: “Si no promovemos la cultura geológica, acabaremos dándoles la razón a los terraplanistas y confundiendo un dinosaurio con una excavación medieval. Algo que, por cierto, ya ocurre”.