Recientemente se han realizado nuevas dataciones radiométricas del yacimiento de la Cueva de El Mirón. Hace unos años se realizó un estudio detallado de la secuencia de micromamíferos de este yacimiento, pero las nuevas dataciones podían alterar la interpretación paleoclimática del intervalo temporal representado en El Mirón. El registro de pequeños mamíferos es una de las herramientas más utilizadas para estudiar el clima del pasado, y entre ellos las diversas especies de Arvicolinae (Rodentia, Mammalia) son de gran importancia para el estudio de las variaciones climáticas del Cuaternario, debido a sus adaptaciones a una gran diversidad de ambientes.
Nuevos métodos, como el estudio del ADN antiguo y los análisis de morfometría geométrica han permitido realizar una revisión profunda de las especies de Arvicolinae descritas previamente en este yacimiento y diferenciar mejor entre especies con morfologías similares, como Microtus arvalis (topillo campesino) y M. agrestis (topillo agreste). También gracias a estas metodologías identificamos la presencia de una especie no registrada anteriormente en la Cueva de El Mirón, Terricola pyrenaicus (topillo pirenaico).
Con el estudio de las asociaciones de las especies de Arvicolinae, se reafirman las variaciones climáticas descritas originalmente en este yacimiento, indicando en mayor detalle cómo se produjeron los sucesivos cambios de temperatura y ambiente a lo largo del último máximo glaciar (LGM) y el inicio del periodo cálido posterior (estadios isotópicos marinos 3-1). Se ha observado durante que durante el Pleistoceno superior – Holoceno inferior en la secuencia de este yacimiento, se produjeron numerosas variaciones climáticas en la región cantábrica, con cambios en la extensión de los pastizales, con presencia variable de zonas boscosas más o menos desarrolladas.
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