La Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) define la desertificación como “la degradación de los suelos de zonas secas resultante de diversos factores, entre ellos las variaciones climáticas y las actividades humanas”.
FAO amplía esa definición al: “Conjunto de factores geológicos, climáticos, biológicos y humanos que provocan la degradación de la calidad física, química y biológica de los suelos de las zonas secas, poniendo en peligro la biodiversidad y la supervivencia de las comunidades humanas”. Y esas zonas secas (zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas) no hay que buscarlas muy lejos, pues se trata de aquellas con un índice de aridez (IA=P/ETP) inferior a 0,65 que justamente se da en la provincia de Huesca, desde su capital hacia el sur.
Información facilitada por David Badía Villas , investigador del Grupo GEOFOREST (Procesos GEOambientales en espacios FORESTales).