Rafael de Miguel: «Si nunca hubiese sacado mi trabajo de Zaragoza, no habría tenido el reconocimiento que ha tenido»

Rafael de Miguel González ha recibido recientemente la máxima distinción científica mundial en el ámbito de la Educación Geográfica, Gilbert Grosvenor Honors for Geographic Education, otorgada por la American Association of Geographers con el respaldo de la Unión Geográfica Internacional, por su excepcional servicio a la disciplina de la geografía y sus contribuciones únicas a la comunidad de la educación geográfica.

Como destacaba el fallo del jurado que le otorgó este reconocimiento el pasado mes de enero, de Miguel es actualmente “uno de los más preeminentes estudiosos sobre educación geográfica en el mundo, reconocido como uno de los principales defensores públicos de la geografía para la reforma y la innovación educativa nacional e internacional, a través de su trabajo durante cerca de 30 años como profesor de geografía en educación secundaria y bachillerato, más tarde profesor universitario, investigador principal, gestor de proyectos, editor, escritor, cartógrafo, administrador de educación superior, conferenciante y -como miembro de la Junta de varias instituciones geográficas- representante de la comunidad de geógrafos y didactas de la geografía ante los responsables de políticas educativas nacionales y ante organizaciones internacionales como la ONU, la Comisión Europea o el Consejo de Europa”.

De Miguel es Doctor en Urbanismo por la Universidad de París y Doctor en Educación por la Universidad de Valladolid. Es profesor de Didáctica de la Geografía en la Universidad de Zaragoza y desarrolla su labor investigadora en el grupo de investigación ARGOS, que codirige junto a Pilar Rivero, adscrito al Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA). Actualmente preside EUROGEO (la Asociación Europea de Geógrafos) y dirige el Instituto Confucio de la Universidad de Zaragoza.

 

Rafael de Miguel González

P: ¿Qué implicaciones profesionales y económicas tiene este reconocimiento, la máxima distinción mundial en Educación Geográfica?

R: Este premio no tiene dotación económica como tal. Según me han contado antecesores que lo han recibido en Estados Unidos, te permite entrar en el selecto club del “quarter million dollars”. Un catedrático o un director de departamento de Estados Unidos supera los 150.000 $. Tener un premio reconocido internacionalmente les permite solicitar un incremento de sueldo que no baja de los 250.000$. El sistema americano es muy competitivo para lo bueno y para lo malo.

Aquí en España es diferente, tenemos el sueldo que tenemos y además, la ley de incompatibilidades, así que este premio es, sobre todo, un honor científico, un reconocimiento, pero económicamente no conlleva nada.

 

¿Y a nivel personal?

Supone entrar en el “Olimpo” de los grandes de la geografía, en el que están Walter Christaller, Yi-Fu Tuan, David Harvey…

Es el mayor honor posible, un reconocimiento máximo a nivel individual, porque el premio es individual, pero sobre todo, supone un reconocimiento al trabajo en equipo, a lo que hacemos en los grupos de investigación GEOT y ARGOS, lo que hacemos en el Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales (IUCA) y por supuesto a la geografía española, europea y también a la geografía no anglosajona.

Actualmente, el 85% de las publicaciones que se hacen en el ámbito de la geografía en revistas de impacto están producidas por geógrafos ingleses, norteamericanos, canadienses y australianos en su mayor parte, por lo que la geografía mediterránea, de Latinoamérica, de Asia o la africana es una geografía muy poco representada.

Entonces, este también es un reconocimiento a las “otras geografías” que se hacen más allá del ámbito anglosajón, especialmente a la geografía española.

 

¿Qué cambios va a traer consigo este reconocimiento?

Cambia, ya lo estamos viendo estos días, la visibilidad que se le otorga. En cualquier caso, la gran responsabilidad que trae consigo es servir de referencia para los jóvenes geógrafos, para la geografía española y también para EUROGEO. Este año se celebra el 35º Congreso Internacional de Geografía en Dublín y tenemos un seminario de jóvenes investigadores en geografía. Estar invitado y poder ir es un honor.

EUROGEO, junto con la American Association of Geographers y la Unión Geográfica Internacional (UGI) son las tres sociedades geográficas principales de investigación geográfica internacional, pero ahora, tras este premio todavía se refuerza más el prestigio de EUROGEO. Este premio nos coloca en el liderazgo de la producción científica internacional.

Otra nueva noticia relacionada con EUROGEO es que han aceptado en Scopus la serie editorial que tenemos con Springer Nature. La indexación en Scopus, junto con el premio, nos posiciona en nuestro campo de la geografía en un nivel máximo. Esto siempre tiene un factor llamada y, de alguna manera condiciona, especialmente en el ámbito de las ciencias sociales, porque contribuyes a hacer una selección editorial. No decides la ciencia, pero sí que condicionas lo que se publica en las revistas y libros de mayor impacto científico en este campo.

 

Como máxima autoridad en educación Geográfica, ¿cómo consideras que está la salud de la educación geográfica en Aragón?

La salud de la educación geográfica en Aragón no es muy distinta del resto de la educación. La educación en Aragón, como se ha visto ahora en el informe PISA, está más o menos en la media de España pero por debajo de la media de la OCDE.

El único indicador que nos permite realizar comparaciones a nivel nacional e internacional es el informe PISA, en el que se incluyen datos sobre matemáticas, lenguas y ciencias. No se evalúa la geografía como tal, sino que en la prueba de ciencias en secundaria, aparecen preguntas sobre temas de medioambiente, paisaje, etc. que compartimos con los compañeros de ciencias naturales, así como habilidades que se considerarían del ámbito de la geografía. A través de PISA, podemos tener, de forma indirecta, esa referencia.

En Aragón estamos más o menos en la media española, por encima de Cataluña y por debajo de Castilla y León, que es de las mejores. Estamos a la altura de países como Hungría en el último informe de PISA 2022 sobre la educación española. Yo creo que hay que mejorar muchísimas cosas.

 

¿Qué rasgo característico consideras que debería tener la educación geográfica o la geografía que se imparte en Aragón, que respondiese a nuestro entorno y particularidades?

Hay algo que echo en falta, sobre todo en la Educación Secundaria Obligatoria, tanto en el currículo como en los materiales, y es que no se conecte más Aragón con la globalización.

Es decir, cómo entender Aragón en el contexto global y sobre todo, que se vincule con los grandes problemas del desarrollo de Aragón, ya que son problemas fundamentales como la despoblación, energías renovables, regadíos, en definitiva, temas territoriales que además en el IUCA investigamos y conocemos. Se trabajan muy poco, a pesar de que son cuestiones que permiten enlazarlos muy bien con los ODS y otros retos territoriales.

En Aragón tenemos la suerte de tener una asignatura que se llama medioambiente, sociedad y territorio, que es optativa en 1º de bachillerato, una hora a la semana. Es poquísimo, pero ya es más que otras comunidades autónomas, que no las tienen. En cualquier caso, la geografía de 2º de bachillerato la sigue cursando muy poca gente, menos del 6% de los estudiantes que comienzan 1º de la ESO en todas España, según las estadísticas oficiales del Ministerio de Educación.

 


«El principal reto es conciliar el gran debate entre la educación de contenidos y la educación de procedimientos, por así decirlo. Es decir, ¿qué importa más? ¿qué enseñamos o cómo enseñamos? Actualmente está ganando el debate del cómo enseñamos.»


 

¿Cuáles consideras que son los desafíos más inminentes a los que se enfrenta la educación geográfica, a nivel regional, nacional e internacional en los próximos años?

En España tenemos un gran problema y no es geográfico. Es un problema político.

Yo empecé a dar clase en los años 90, con el mismo sistema que me tocó estudiar a mí, que fue el BUP. Desde entonces, hemos pasado por 5 leyes educativas y, como profesor de la Facultad de Educación he tenido que enseñar 5 leyes educativas diferentes, con 5 currículos: la LOGSE, la LOCE, la LOE, la LOMCE, la LOMLOE… y ese es el primer problema político.

El principal reto es conciliar el gran debate entre, por una parte, la educación de contenidos y por otra, la educación de procedimientos, por así decirlo. Es decir, ¿qué importa más? ¿qué enseñamos o cómo enseñamos? Actualmente está ganando el debate del cómo enseñamos: el aprendizaje lúdico, la educación competencial, etc. Nos hemos olvidado de los contenidos y eso es un grave error.

En Europa está muy claro el marco europeo de competencias de aprendizaje para lo largo de la vida, que contempla tres conceptos fundamentales: contenidos, habilidades y valores. Y aquí se da más importancia a los valores, pero no podemos hacer una educación de sostenibilidad solamente en valores, sin conocimientos científico-geográficos. Por ejemplo, uno de nuestros proyectos “Teaching the future”, va en esa línea. Todo el mundo habla de educación para el cambio climático pero para ello hay que entender el clima, la clasificación de Köppen, las variables geográficas, los factores geográficos que inciden sobre el clima, la evolución histórica del clima, etc.

En definitiva, todo el mundo estamos de acuerdo en que hay que adaptarse al cambio climático, hay que mitigarlo, etc., pero desde la educación geográfica, nuestra obligación es enseñar contenidos, factores geográficos, números, trabajar con datos… no solamente enseñar en valores, sino trabajar con rigor científico y sobre todo llevar al aula lo que, a efectos científicos, los geógrafos trabajamos e investigamos. Creo que ese es uno de los principales retos a los que se enfrenta la educación no solamente en Aragón, sino también en España.

Comentaba recientemente en la conferencia del ATENEO de la EINA, que un estudiante en China, a los 15 años, está 3 años más avanzado en matemáticas y casi 2 años más avanzado en ciencias que un estudiante español de la misma edad.  En ocasiones nos centramos mucho en la parte competencial, en la parte de valores, y nos olvidamos de los contenidos. No es que haya que volver a la enseñanza memorística, pero sí que hay que llegar a un equilibrio.

Desde la Universidad de Zaragoza, con EUROGEO y la Unión Geográfica Internacional, hemos trabajado en varios proyectos internacionales en la sistematización del conocimiento que debe aprenderse y hemos hecho de nuevo un currículo europeo de geografía. Que luego nos hagan caso o no, no lo sé, pero en otros países más pequeños, curiosamente, nos hacen caso. En EUROGEO contribuimos, por ejemplo, al currículo de Bosnia, al currículo de Estonia, colaboramos con el de Bélgica, el de Holanda, el de Irlanda o el de Checoslovaquia. Es curioso. Aquí, nada. Precisamente, los países que nos hacen caso son los que mejor van en ciencias en PISA. ¿Será casualidad? No lo sabemos.

 

¿Y esta resistencia que indicas a seguir las directrices que se dictan desde Europa en cuanto a Educación Geográfica, por qué factores crees que puede darse?

Hay un factor global que ahora mismo se ha vuelto a ver con la cuestión de los dispositivos móviles en el aula. Nosotros definimos el concepto de educación geográfica digital porque, si las nuevas tecnologías han tenido influencia en la educación en general, en educación geográfica más que en ninguna, porque ahora todo el mundo tenemos en la palma de la mano un mapa. Con el móvil y el ordenador, las posibilidades que te ofrece la educación geográfica digital son infinitas. Sin embargo, ahora estamos con el debate contrario en España, cuestionando si hay que prohibir los móviles. Hemos pasado de todo lo digital a lo “anti-digital”. Este es un debate común en todo el mundo, y especialmente en el ámbito europeo.

Además, en España, tenemos el factor político. Como ejemplo, podemos hablar de lo ocurrido en Cataluña, que se ha solicitado que los profesores de instituto sean funcionarios de carrera de la Generalitat, de forma que, si eres profesor de otra comunidad, no puedes pedir traslado a un centro de Cataluña. Es un debate muy político y muy territorial.

 


«La Geo-Inteligencia Artificial nos permitirá realizar determinados tipos de análisis espacial a los que hoy en día la mente humana no llega»


 

Precisamente en este ámbito de nuevas tecnologías, recientemente hemos vivido la expansión de la IA al usuario medio, chat GPT sobre todo, ¿qué impacto ha tenido en el estudio de la geografía y en la educación geográfica?

Hasta ahora ha tenido un impacto muy limitado, pero este año estuvimos en la Conferencia de Esri en Estados Unidos y está claro que es el gran reto para los próximos años: lo que nosotros llamamos Geo-Inteligencia Artificial. La comunidad de GeoIA es algo que ya está establecido en nuestro ámbito.

En ocasiones, por ejemplo, en temas de análisis espacial, nuestro análisis está condicionado por nuestro sesgo como geógrafos, como investigadores, pero la GeoIA nos permitirá realizar determinados tipos de análisis espacial a los que hoy en día la mente humana no llega, por lo que se abre todo un campo nuevo como en cualquier otra disciplina de la ciencia.

Yo creo que va a ser el reto de la investigación en geografía y en educación geográfica en los próximos años: la Geo-Inteligencia Artificial.

 

Esta irrupción de la IA, podríamos calificarla como uno de los hitos de los últimos años. En todos los años que llevas en este ámbito, imagino que habrás vivido más de un hito que haya marcado un antes y un después en la educación geográfica. ¿Cuáles destacarías? 

Yo destacaría fundamentalmente dos: el año 2005, cuando Google compra el programa KEYHOLE en su versión 3, dando lugar a Google Maps y a Google Earth; y el lanzamiento de ArcGIS Online en el año 2012, que conllevaron el nacimiento de la cartografía digital en la nube, accesible y gratuita. Yo creo que eso lo cambia todo en este ámbito, porque hasta ese momento, trabajábamos con mapas impresos o en pared, o con programas muy complicados de manejar, que no estaban en la red, en la nube.

Luego existe también otra herramienta muy potente en España: Iberpix, del Instituto Geográfico Nacional. Se trata de la rasterización (digitalización) del Mapa Topográfico Nacional, que nos permite analizar el espacio con todo tipo de capas (usos del suelo, imágenes de satélite, relieve en 3D, catastro, etc.). Por último, en la producción de mapas y al margen de empresas y entidades, tenemos OpenStreetMap, un proyecto colaborativo para crear mapas editables y libres. Es cartografía digital en abierto con software libre y open source, colaborativo. No hay que pagar por licencias. Con esta herramienta se realizan muchas iniciativas de mapeado colaborativo, como los mapatones humanitarios, las calles de las mujeres, etc.

Son esos cuatro los hitos que destacaría.

 


«La geografía se ha rebautizado recientemente y ya no se llama geografía, ahora se llama Neogeografía y está vinculada estrechamente a la tecnología geospacial y a la accesibilidad a la información geográfica»


 

¿Ante qué geografía nos encontramos ahora, tras estos hitos?

La geografía se ha rebautizado recientemente y ya no se llama geografía, ahora se llama Neogeografía y está vinculada estrechamente a la tecnología geospacial y a la accesibilidad a la información geográfica.

La Neogeografía nace como un reseteo de la geografía, precisamente debido la potencia que tienen los SIG y el impacto que han generado con la posibilidad de abrir su uso no solamente a geógrafos, topógrafos, geólogos o ambientalistas, sino a toda la población. Se basa en el acceso libre y en la democratización de los mapas, no solamente en la consulta, sino también en la producción de los mismos. Actualmente no es necesario ser geógrafo para hacer un mapa. Los geógrafos estamos para revisarlos, corregirlos y dar un contenido científico. Todo el mundo puede hacer mapas, pero no todos ellos tienen sustrato científico.

Esta reconfiguración o renacimiento de la geografía se recoge en el libro publicado en 2022 con motivo del centenario de la Unión Geográfica Internacional, en el que se dedica un capítulo a la educación Geográfica, que tuve el placer de elaborar.

Hablamos de “geografías posmodernas”, la geografía se deconstruye y se vuelve a construir a través de la tecnología. Esa tecnología, al mismo tiempo, hace que se empodere como disciplina científica. La geografía estaba olvidada y ahora todo el mundo utiliza la información geográfica en su día a día. El hecho de estar posteando y compartiendo nuestra ubicación tiene unas dimensiones económicas, como comenté en la entrevista en el Periódico de Aragón. Ahora las empresas saben dónde estás, dónde consumes, no tanto qué ni cuanto consumes, sino el dónde y eso tiene un poder económico y político importante (migraciones, comercio internacional, localización de la producción, de los servicios, geopolítica…). Sin duda, la geografía se empodera como ciencia y contribuye a empoderar a los ciudadanos.

Concretamente en Estados Unidos, los geógrafos que reciben el Honors de la AAG (como este premio Grosvenor) pasan ser asesores federales, porque tienen reconocimiento y trayectoria, y al país le interesa lo que producen. En España no ocurre así.

 

Precisamente, sobre esta asesoría federal… ¿qué tipo de asesoría se requiere? ¿en qué ocasiones recurren a estos comités? ¿Qué vinculación tiene la asesoría con las decisiones que se tomen posteriormente?

Hay asesoría en varios niveles. En Estados Unidos hay agencias estatales y federales, con vinculación con la toma de decisiones.

En el campo de la educación geográfica, mi antecesora en el premio, Sarah W. Bednarz, fue quien hizo el libro del currículo norteamericano de Educación Geográfica cuando le dieron el premio. Tras recibir el Grosvenor le solicitaron la realización de un informe sobre cómo debería ser la educación geográfica, implicando a la National Geographic Society, la American Association of Geographers, la American Geographical Society y el Consejo Nacional de Educación Geográfica. Ese informe sirvió para todos los estados.

La parte más orientada a la inteligencia geoespacial la lleva la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial, del Departamento de Defensa. En la Oficina del Geógrafo (Office of the Geographer and Global Issues)cuentan con analistas geopolíticos, que realizan mapas e informes según las necesidades del momento, y está integrada en la agencia de inteligencia del Departamento de Estado (Asunto Exteriores). Lo que le cuento en el Heraldo de Aragón (en esta entrevista) no es ningún delirio, es inteligencia geoespacial y decisiones tomadas con base en el conocimiento geográfico.

En estos galardones hay una durísima competencia. En primer lugar, porque es un premio muy prestigioso. En segundo, porque supone un aumento de sueldo y la posibilidad de contar con financiación para desarrollar la investigación y para promocionar el liderazgo científico de la universidad que acoge al geógrafo premiado. Y en tercero, pero no menos importante, porque se te escucha. Quien obtiene este reconocimiento tiene acceso a ciertos niveles de toma de decisiones que obligan a salir de la “burbuja académica”.

Si encima en mi caso le sumas que no soy anglosajón y, además, tengo un cargo académico que requiere coordinación con funcionarios del gobierno chino…

 


«Aquellos países que escuchan a los geógrafos van a marcar la diferencia precisamente porque son conscientes de la importancia de la Geografía para el geo-posicionamiento de los Estados en la competencia global. Son países que entienden la geopolíticas y la geoestrategia como un elemento fundamental de su razón de ser como potencias globales.»


 

En este aspecto, en el contexto global en el que estamos y en un periodo de 10 a 20 años, ¿que diferencias crees que habrá entre los países que escuchan a los geógrafos y los que no?

Aquellos países que escuchan a los geógrafos van a marcar la diferencia precisamente porque son conscientes de la importancia de la Geografía para el geo-posicionamiento de los Estados en la competencia global. Son países que entienden la geopolíticas y la geoestrategia como un elemento fundamental de su razón de ser como potencias globales.

Fundamentalmente hay 3 países que escuchan a los geógrafos: Estados Unidos, Reino Unido y China. Este último, aunque todavía no tiene el desarrollo científico que tiene Estados Unidos o los países anglosajones en el campo de la geografía, está creciendo muchísimo en publicaciones. Esta pregunta puede responderse muy fácil con el ejemplo de China y su iniciativa de la Franja y la Ruta. Hablo de mapas. Cuando China es capaz de plasmar en un mapa todo su desarrollo económico y su exportación, concretamente me refiero al mapa de la iniciativa de la Franja y la Ruta (o nueva ruta de la seda), es porque escucha a los geógrafos. Cuando en el discurso de Xi Jinping, en el 20º Congreso del Partido Comunista Chino o en el 14º Plan Quinquenal, hay un mapa como elemento de referencia para el crecimiento y la definición de los Objetivos de Desarrollo para China (2035), está claro que China escucha a los geógrafos.

Estados Unidos y Reino Unido tienen instituciones muy potentes. Francia las tenía, pero cada vez tienen menos peso. Otro país que escucha a los geógrafos es Rusia, la sociedad geográfica rusa es muy influyente. Dicho sea de paso, Vladimir Putin es el Presidente de la Junta Directiva de la Sociedad Geográfica Rusa, una de las sociedades científicas más antiguas del mundo.

Con todo el respeto hacia la Historia como ciencia, creo que no tiene la misma capacidad de generar un pensamiento crítico que la geografía en los estudiantes, porque el pasado no se puede cambiar. Priorizar la historia sobre la geografía en bachillerato ha sido una constante en todas las leyes educativas españolas, por lo tanto, una decisión política para influir en la ideología de los que van a poder votar al año siguiente con 18 años, sea cual sea. ¿Por qué se ha marginado a la geografía en Bachillerato, como he argumentado antes con datos? ¿Acaso no interesa la geografía por ese empoderamiento ciudadano del que hablaba, por su capacidad de analizar espacialmente la sociedad desde bases científicas y no subjetivas, para afrontar el presente y futuro desde la ciudadanía espacial? ¿Acaso no interesa que la gente tenga sus propias herramientas objetivas de análisis social y se prefiere entrar en el terreno de la subjetividad, mucho más proclive a la manipulación?

Siento la dureza y el pesimismo en estas palabras, pero el ejemplo más claro, durante la tramitación de la LOMLOE fue que los políticos, los medios e incluso el mainstream educativo sólo difundieron las alegaciones de la Real Academia de la Historia, pero no nos hicieron mucho caso a la alegación conjunta de la Real Sociedad Geográfica, la Asociación Española de Geografía y el Colegio de Geógrafos. Una vez más, preferimos perdernos en debates del pasado que educar en un proyecto de futuro y sostenibilidad con fundamentos geográficos y científicos. Justo en el extremo opuesto de las grandes potencias mundiales, como explicaba antes.

 

Alejándonos de la geopolítica y volviendo a tu trayectoria profesional… ¿Cómo fue tu camino desde la geografía urbana hacia la educación geográfica?

He sido un geógrafo atípico y gracias a eso creo que he llegado hasta aquí. Mi trayectoria es muy extraña: he impartido docencia de geografía e historia en institutos de enseñanzas medias, he estado en política… En el año 2009, mientras fui concejal del Ayuntamiento de Zaragoza, y a media jornada profesor asociado en la Universidad de Zaragoza, comenzó la reforma de toda la estructura de formación del profesorado. La Diplomatura de Magisterio (3 años) pasó a ser un Grado de Magisterio (4 años) y el Certificado de Aptitud Pedagógica (CAP) pasó a ser el Máster de formación del profesorado. Ese cambio se convirtió en una buena oportunidad para desarrollar una carrera que había empezado desde que impartía docencia en secundaria: la educación geográfica, que aunaba las dos líneas que llevaba previamente en paralelo: la geografía urbana y la didáctica de la geografía.

Tiene mucha importancia el contexto histórico, era el año 2010-2011, cuando se propuso un nuevo modelo de formación del profesorado derivado del Espacio Europeo de Educación Superior y al mismo tiempo, se produjo toda la revolución tecnológica geospacial. Había un montón de cosas por hacer. Y entonces, a través de EUROGEO y de la Comisión de Educación Geográfica de la Unión Geográfica Internacional (UGI), me dediqué, me centré y me especialicé en educación geográfica digital.

 


«Es importante difundir nuestro trabajo y que se conozca no solo en las publicaciones científicas, sino en los congresos, estar presente en las instituciones científicas, hablar inglés, visitar otras universidades…»


 

¿Cuál es el secreto para ser el mejor profesor de geografía del mundo?

Aquí no hay más que 2 secretos. El primero: trabajo, trabajo y trabajo. Eso sí, apasionado, que te guste lo que haces, pero con independencia, ética y responsabilidad como científico. El segundo: trabajar en equipo. Trabajo con muy buenos equipos, aquí en la Universidad de Zaragoza, en el IUCA, en EUROGEO, y en los Estados Unidos.

Y hay un factor más, que es abrirte al mundo, internacionalizar tu investigación. Si nunca hubiese sacado mi trabajo de Zaragoza, desde luego no habría tenido el reconocimiento que ha tenido. Es importante difundir nuestro trabajo y que se conozca no solo en las publicaciones científicas, sino en los congresos, estar presente en las instituciones científicas, hablar inglés, visitar otras universidades y luego la suerte, pero esos 3 factores son importantes.

 

¿Qué proyectos estás desarrollando en este momento? ¿Cuáles son tus horizontes futuros en investigación y docencia?

Con 53 años que tengo y casi 30 de servicio, en 7 me podría jubilar, previa vuelta al instituto. Podría volver a navegar e ir más en bici y a la montaña, que es lo que me gusta. Pero claro, como comentaba al principio de esta entrevista, el premio supone una responsabilidad con toda la gente que viene detrás.

Ahora mismo tenemos 4 grandes proyectos:

  1. Con la Unión Geográfica Internacional (UGI) vamos a publicar el Handbook of Geographical Education, el manual que sirve de referencia internacional para la educación geográfica, estamos trabajando en él y se publicará a lo largo de 2024. Se reedita cada 30 años aproximadamente.
  2. El proyecto U.BI.TECH, coordinado desde la UZ: Este proyecto, relacionado con educación geográfica superior, estará muy vinculado con los dos másteres y el grado de Geografía de nuestra universidad. Buscamos, junto a EUROGEO y a la Sociedad Europea de Urbanistas, incrementar la dimensión del urbanismo verde dentro de la formación de técnicos en urbanismo y en ordenación del territorio. Hasta ahora se ha concretado muy poco como deberían ser las competencias de los urbanistas y gestores del territorio post 2030, sus herramientas de trabajo, sus competencias, para trabajar en NBS (Nature based solutions), etc.
  3. El proyecto europeo STEAME: Teacher academy: Se trata de un proyecto Erasmus, Academia Europea de Profesores, con el que vamos a crear una federación europea de entidades de primer viel en formación del profesorado, que fomenten las vocaciones STEAM. La geografía está contemplada en el área de “ciencia”. Actualmente estamos trabajando con la Comisión Europea para determinar como fomentar estas vocaciones científicas (incluidas las geográficas) en la educación secundaria.
  4. Este año comenzamos el proyecto INFRA4NEXTGEN, de la prestigiosa convocatoria Horizonte Europa, que desarrollamos con EUROGEO. A través de él, realizaremos la infraestructura cartográfica de la encuesta social europea: hábitos, comportamientos, estructura social, etc. Vamos a cartografiar las respuestas del Eurobarómetro, todas las encuestas que hace la Comisión Europea a través de la Encuesta Social Europea. Este proyecto cuenta con una dotación de 11 millones de euros y se centra en aspectos más relacionados con la investigación en geografía social a escala europea, no tanto en educación.

 

¿Cuál de los proyectos que has dirigido considerarías que ha generado un mayor impacto en el ámbito de la educación geográfica?

Además de conceptualizar la educación geográfica digital y las competencias geográficas vinculadas al marco europeo del aprendizaje permanente a través de artículos más teóricos, tuvieron mucha repercusión dos recursos: El premio BELMA (2021), al mejor material educativo europeo, por el libro de texto de geografía en Vicens Vives; y el Atlas Digital Escolar, con tecnología ArcGIS Online de Esri, el más utilizado en el mundo para aprender geografía online en lengua española.

Han sido dos productos de transferencia de conocimiento, un libro de texto y un atlas didáctico en la nube.

Por último, no puedo dejar de mencionar el capítulo dedicado a la geografía que redacté, en el libro que realizó la Unión Geográfica Internacional con motivo de su centenario. Hasta dentro de 100 años no habrá otro, por lo que es un verdadero hito en la propia historia de la geografía.

 

¿Te gustaría destacar algo más?

Si este mismo premio (teniendo en cuenta el nivel) hubiese sido en Química o en Física, en lugar de ser en geografía, seguro que la repercusión hubiera sido mucho mayor. Entonces, quiero hacer una llamada, sobre todo a entender la geografía como una ciencia puente entre las ciencias naturales y las ciencias sociales, y una ciencia fundamental para entender el mundo actual.

 

Febrero 2024

Jacqueline Sambou Gimeno

Responsable de Comunicación IUCA