Las excavaciones continuarán en noviembre en una zona desértica de la Patagonia argentina.
Este trabajo, así como los de Gloria Cuenca y Jara Parrilla, han sido presentados en la reunión científica más importante de Europa sobre dinosaurios.
Un cráneo bastante completo perteneciente a un dinosaurio rebaquisáurido del Cretácico Inferior, hallado en la Patagonia argentina por una expedición dirigida por José Ignacio Canudo, paleontólogo e investigador del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales (IUCA) de la Universidad de Zaragoza, ha sido la novedad más destacada de las recientes VII Jornadas internacionales sobre dinosaurios, celebradas en Salas de los Infantes (Burgos). Canudo, también director del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza, que presentó este hallazgo a la comunidad científica, explicó que se trata de un ejemplar semiarticulado que pertenece a una nueva especie que próximamente va a describir, pero que presenta similitudes con dinosaurios ibéricos.
La expedición, que proseguirá el próximo mes de noviembre, forma parte de un proyecto que estudia la conexión ibero-patagónica con dinosaurios en el Cretácico Inferior entre los 110–130 millones de años cuando Europa estaba unida con África y América del Sur.
En las VII Jornadas internacionales sobre dinosaurios en Salas de los Infantes, que se celebran cada tres años y que constituyen una de las reuniones científicas más importantes en Europa sobre dinosaurios, la Universidad de Zaragoza y el IUCA han tenido un papel destacado por la calidad y la cantidad de sus novedades científicas.
A este respecto, la comunicación encabezada por la paleontóloga e investigadora del IUCA, Gloria Cuenca, en la que destacó la gran variedad de mamíferos que había en la Península Ibérica en el tiempo de los dinosaurios. Eran depequeño tamaño, pero muy diversos, de manera que en algunos yacimientos de Aragón se han encontrado más de cinco especies diferentes conocidos solo por su dientes. Algunas de estas especies han sido descritas por la UZ-IUCA en localidades turolenses como Aliaga, Castellote, Galve o Josa.
Otra gran novedad fue la presentada por la también investigadora del IUCA Jara Parrilla que estudió un fragmento de un cráneo de un cocodrilo marino de hace 130 millones de años procedente de Obón. Pertenece a un grupo de cocodrilos que fue muy abundante en el Terciario llamado tetisuquios, pero desconocido en los niveles geológicos tan antiguos. Sería, por tanto, el cocodrilo marino tetisuquio más antiguo del mundo y abre la posibilidad a que estos cocodrilos aparecieran por primera vez en la Península ibérica.