Entrevista a Rafael de Miguel, investigador del grupo GEOT del IUCA

Rafael de Miguel es miembro del grupo de Investigación GEOT del IUCA, cargo que compagina con el de Vicepresidente de la Asociación Europea de Geógrafos (EUROGEO), Director del Instituto Confucio y Vicedecano de Internacionalización de la Facultad de Educación. Ha participado en el 26 Consejo de Gobierno de ONU Habitat en su sede de Nairobi, celebrado el pasado 8 de mayo. A su regreso, nos ha dedicado unos minutos para contarnos su experiencia y su trabajo dentro de las Naciones Unidas:

El Investigador Rafael de Miguel en la Facultad de Ciencias de la Educación de Zaragoza

P: ¿Cómo ha sido este 26 Consejo de Gobierno de las Naciones Unidas?

R: El Consejo de Gobierno de Naciones Unidas se reúne cada dos años, una vez en Nueva York y otra en Nairobi porque es donde está la agencia de vivienda UNHABITAT (Agencia de Naciones Unidas para los asentamientos, la vivienda, las ciudades…) y la Oficina Central de Naciones Unidas África, que lleva la coordinación de programas muy importantes que se encargan del desarrollo: UNICEF, UNESCO, todos los programas de la OMS. Es decir, todo lo que es educación, sanidad, desarrollo en África, que es fundamental. Por eso, gran parte de la inversión de Naciones Unidas va para África. Y, por último, la sede de organismos fundamentales del UNEP (United Nations Environmental Programme), relacionados con los factores ambientales.

Este Consejo en particular, era muy importante porque cada 20 años, Naciones Unidas ha ido aprobando lo que se llaman las agendas urbanas, es decir, las conferencias mundiales sobre vivienda y asentamientos. Habitat I fue en Vancouver en el año 1976 y Habitat II fue en Estambul en el 1996. La tercera fue en Quito en octubre de 2016 y este Consejo es el primero tras la aprobación.

Este Consejo de Gobierno no solamente sancionaba lo que había sido la declaración de la nueva Agenda Urbana, el marco de referencia del urbanismo sostenible para el mundo 2016-2036 sino que se aprueba todo el plan de acción y parte de las inversiones que van para la implementación de esta nueva Agenda Urbana. Por eso era importante estar allí, porque no era un Consejo de Gobierno bianual normal, sino uno  estratégico que está mirando para los próximos 20 años.

 


«Actualmente hay aproximadamente 3000 millones de personas viviendo en ciudades. En 2030, habrá cerca de 5000 millones»


 

¿Qué acciones se planea llevar a cabo en estos próximos 20 años?

En el año 2007, la mitad aproximadamente de la población deja de vivir en el campo y pasa a vivir a la ciudad. El principal problema que se plantea, es que en el año 2030 que es cuando la Agenda Urbana estará en pleno funcionamiento, 2/3 partes de la población vivirán en ciudades y 1/3 en el campo. En términos absolutos: actualmente hay aproximadamente 3000 millones de personas viviendo en ciudades. En 2030, habrá cerca de 5000 millones, según las previsiones demográficas de Naciones Unidas, que siempre se quedan cortas.

Los países que más van a crecer son Indonesia, Brasil, La India, China… entonces, esto plantea 5 grandes ejes, que son los que desarrolla la Agenda Urbana:

  1. El urbanismo: Se deben crear instrumentos de planificación urbanística que sean factibles, no grandes utopías, sino cosas muy concretas y prácticas que sean aceptadas por los responsables políticos a nivel local y regional.
  2. Asegurar vivienda: para eso, las Naciones Unidas han recaudado una serie de fondos para crear modelos de viviendas no muy grandes, pero claro, estamos hablando de países en los que hay barrios de chabolas e infraviviendas donde viven hasta 2 millones de personas, en el mismo Nairobi. Una de las primeras actuaciones es erradicar este tipo de barrios.
  3. El Medioambiente: se deben tener en cuenta aspectos relacionados con la contaminación, el transporte pero pone el énfasis sobre todo en las redes de agua, en lo que es el ciclo del agua: depuración, abastecimiento, cloacas…
  4. Algunos aspectos de naturaleza social: que contemplan la creación de oportunidades, trabajo, educación, que haya colegios, que le gente pueda tener posibilidades de promoción social…

Y el último eje, que no por ello menos importante, es establecer líneas de gobierno democrático en los países donde van a crecer las ciudades. No sirve tener un dictador a nivel local que hace y deshace a su antojo. Uno de los éxitos, y de eso, por ejemplo, en América hacen especial incidencia, es que haya un refuerzo de la democracia local.

Esas son las cinco líneas que plantea la Agenda Urbana: algunas más filosóficas, otras de inversión pura y dura pero todas necesarias.


«Cuando estamos hablando de un documento que afecta a todo el mundo, que lo elaboren un grupo de señores en un despacho en Nueva York, sin tener una consulta o visión complementaria de quien realmente tiene que llevar a cabo las políticas urbanas: universidades, profesionales, negocios… no tiene sentido alguno» 


¿Cómo comienza tu relación con las Naciones Unidas?

Soy Vicepresidente de EUROGEO, la Asociación Europea de Geógrafos y, como me dedico al urbanismo, fue un poco por casualidad. Formo parte de lo que se llama el GAP, que es la Asamblea Nacional de Socios, un organismo en Naciones Unidas. Cuando se prepara Habitat III hay un déficit, no democrático pero sí de apoyo externo. Cuando se hace la nueva Agenda Urbana, participan habitualmente 2 agentes fundamentales: los funcionarios de Naciones Unidas, que se encuentran en las sedes de Nueva York, de Nairobi y de Ginebra, que son los que habían hecho el documento de Habitat I y Habitat II. Elaboran un documento, el United Nations Task Team, que luego someten siempre a debate de los estados miembros, el segundo de los agentes fundamentales. Lo que hacen ellos es votar o someter o enmendar un documento hecho por los tecnócratas y reforzarlo. Se decidió abrir más la participación, muy reducida hasta entonces, y se crearon los stakeholders, un comité externo de gente que representa a asociaciones y organismos de todo el mundo que asesora a Naciones Unidas en estos ámbitos. El GAP o Asamblea General de Socios se creó especialmente para eso, con miembros externos a las Naciones Unidas, para asesorar. Lo conforman 16 grupos entre los que se encuentran: universidades, profesionales, representantes de las mujeres y de los niños, de las empresas, de medios de comunicación, del ámbito rural, de poblaciones indígenas, o de profesionales, entre otros, que es en el grupo en el que me encuentro. Cuando estamos hablando de un documento que afecta a todo el mundo, que lo elaboren un grupo de señores en un despacho en Nueva York, sin tener una consulta o visión complementaria de quien realmente tiene que llevar a cabo las políticas urbanas: universidades, profesionales, negocios… no tiene sentido alguno. Uno de los 16 grupos del GAP es el de profesionales, en el que estamos la Unión Internacional de Arquitectos, la Federación Internacional de Urbanistas, la Federación de técnicos de la construcción, grupos de ingenieros, juristas, urbanistas expertos en vivienda, ingenieros civiles y nosotros, EUROGEO, geógrafos. La Unión Geográfica Internacional no es un organismo, sino una federación, entonces hicieron un acuerdo con la Asociación de Geógrafos Americanos y delegaron en EUROGEO la representación de todos los geógrafos del mundo y darles voz. Yo represento a los geógrafos dentro del grupo de los profesionales, en el GAP.

¿Cómo es el trabajo con el resto de grupos del GAP? ¿Trabajáis conjuntamente o por separado?

Hubo una primer acto de constitución del GAP en Nairobi, después, ha habido 5 o 6 reuniones. Esto ha ido en paralelo al proceso de constitución de la nueva Agenda Urbana. Ha coincidido con dos documentos muy importantes para las Naciones Unidas: el Acuerdo de Cambio Climático en París (COP 21) y la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Han sido 2 documentos marco en reducción de cambio climático y en los objetivos para el desarrollo sostenible. Nosotros tuvimos, después de la constitutiva en Nairobi, en 2015, la primera reunión de trabajo importante. Fue en Nueva York. La segunda fue en Praga, esto lo hemos hecho a la vez que estábamos dentro del proceso de construcción de Habitat III. En el proceso preparatorio hubo diferentes reuniones, en las que nos reunimos con más grupos por sectores o temáticas. La definitiva fue en Quito, cuando se aprobó la nueva Agenda Urbana.

El Doctor Rafael de Miguel en su despacho de la Facultad de Ciencias de la Educación

¿Participaste también en Quito?

Si, en Quito se dio la parte más protocolaria e institucional. Se presentó el documento, en el que habíamos estado trabajando el GAP previamente entre octubre de 2015 y julio de 2016. Después del verano, solo hubo que hacer algún ajuste en septiembre, por alguna modificación que hizo un estado miembro que no estaba de acuerdo, pero solo matices.

¿Qué podrías decir que ha cambiado después de esta conferencia?

Hay cosas que cambian que son importantísimas, por ejemplo, a diferencia de las otras 2 conferencias que eran más filosóficas que esta, esta entra en cosas concretas: obliga a que en toda ciudad haya un 50% de espacio público, es decir, que haya espacio suficiente para calles, para plazas, reservas para equipamientos… Esto es para evitar el urbanismo de postguerra que se dio, por ejemplo, en España. Cuando estaba en desarrollo (podemos encontrar ejemplos en Zaragoza, por ejemplo en el barrio de las Delicias), era un urbanismo sustentado en la vivienda, para la gente que venía del campo a la ciudad. Para los países que, en un futuro, puedan no tener claros estos conceptos, aquí tienen unas directrices para seguir, para que lo asuman los estados miembros y los gobiernos locales, de tal manera de que a partir de ahora, cada vez que venga una población aluvión, se tenga en cuenta y se asuma que hay una serie de necesidades básicas: agua, saneamiento,  vivienda,  espacios públicos, dotaciones, transporte, etc.

Se avanza también en otro tema fundamental: se vincula este documento a la reducción de gases de efecto invernadero, al COP 21 y se avanza también en algo muy importante que son las Ciudades Inteligentes (Smart Cities). Es un tema que incluso aquí en la Universidad se viene trabajando.

Como veis, esta agenda, creo que es mucho más positiva. Trabaja en sostenibilidad, espacios públicos y ciudades inteligentes, más allá del marco general de las 5 líneas de actuación ya existentes.


«Me siento muy orgulloso de poder llevar el nombre de la Universidad de Zaragoza, de IUCA, y de GEOT a los Organismos Internacionales»


 

¿Para ti, como profesional, qué supone poder participar en Naciones Unidas?

En primer, lugar me siento muy orgulloso de poder llevar el nombre de la Universidad de Zaragoza, de IUCA, y de GEOT a los Organismos Internacionales. Ahí son muy respetuosos. Yo soy de EUROGEO pero llevo siempre la tarjeta de visita de la Universidad de Zaragoza. Por otra parte, me ha permitido también conocer a la gente con la que he colaborado en Habitat, conocer cómo funciona Naciones Unidas por dentro, porque estamos más acostumbrados a proyectos europeos, que te llevan a tener más relación con la administración autonómica o con la Comisión Europea. Pero Naciones Unidas es un ámbito muy particular, de mucha utopía.

¿Naciones Unidas sirve? Hay gente que lo critica. A mí, me ha servido, aparte de para participar y llevar el nombre de la Universidad de Zaragoza, para entender lo que es Naciones Unidad y entender que realmente, hace cosas. El mundo no es perfecto, pero si comparamos el mundo de hoy con el mundo tal y como era en los años 50 y, desde luego, ha cambiado. Yo entiendo que hay discursos catastrofistas y apocalípticos pero el mundo, por una parte, gracias a Naciones Unidas y por otra, a la condición humana, ha cambiado. Se va creando un cultura del dialogo, del entendimiento global. Ahora estamos trabajando un concepto complementario con esto, llamado la Comprensión Global (Global Understanding). Entre otras cosas, ves que independientemente de problemas que pueda haber como el Islamismo árabe o en países de Latinoamérica y Asia, grandes potencias entran en un debate de civilización. Tener la oportunidad de verlo en directo y ver como habla un puertorriqueño con un argentino y con uno de Burundi, es una oportunidad excepcional. Yo intento llevar todo esto a las aulas, para que mis alumnos, futuros profesores de Geografía e Historia, lo lleven a las aulas: la cultura del dialogo, de la cooperación, del entendimiento. No es lo mismo leer los libros de texto que explicarlo y decirles “yo estuve allí”.

Es algo mucho más vivencial. Ya sé que a lo mejor no es la investigación que se puede llevar a cabo, por ejemplo, en algunas de las áreas del IUCA. Nosotros los geógrafos somos más la parte social de ámbito ambiental. Yo creo que es muy importante la parte de educación ambiental, trabajo mucho sobre eso con el Grupo de Investigación BEAGLE, también del IUCA. Hay una parte de investigación en la educación y en la trasmisión de valores que es tan o incluso más importante que la investigación puntera que puedan hacer grupos de químicos.


«El mensaje es para todos los investigadores: tienen que romperse los miedos, despojarse de todo complejo y salir al mundo»


¿Te gustaría transmitir algún mensaje?

Sí. En esta universidad, hay gente que hace investigación puntera y el mensaje es para todos los investigadores: tienen que romperse los miedos, despojarse de  todo complejo y salir al mundo. Estamos en igualdad de condiciones con cualquier grupo de investigación. ¿Que algunos países tienen más dinero? Eso nadie lo niega, pero no creo que tengan ni mejor preparación ni mejores condiciones. Así que deberíamos quitarnos ese complejo de inferioridad. Ese es el mensaje que me gustaría transmitir. Si te piden que internacionalices, ¡hazlo! Sal, no tengas miedo, no pasa nada. A todos nos cuesta un poco hablar inglés, pero merece la pena. El primer y el segundo quizá cuesta, pero el tercero ya estarás en igualdad de condiciones. Yo el tercer día ya me lancé a debatir, a intervenir con el director de los Estudios de Vivienda de Naciones Unidas, con datos e investigaciones.

Desde el IUCA agradecemos al investigador de Miguel que haya compartido con nosotros sus vivencias, su tiempo y su orgullo por pertenecer al IUCA y a la Universidad de Zaragoza.

Jacqueline Sambou

Responsable de Comunicación IUCA